1. Asistir en forma integral a los pacientes y su familia, cuya enfermedad no responda al tratamiento curativo
2. Evaluar clínicamente y con instrumentos el grado de sufrimiento físico, psíquico, social y espiritual de los enfermos terminales.
3. Llevar el registro de necesidades y prioridades de las Unidades de Tratamiento.
4. Efectuar intervenciones terapéuticas, farmacológicas y no farmacológicas destinadas a aliviar el sufrimiento.
5. Coordinar los cuidados de los enfermos terminales con equipos interdisciplinarios.
6. Realizar reuniones y entrevistas con la Unidad de tratamiento para su entrenamiento en los cuidados respectivos.
7. Determinar los factores de duelo patológico durante entrevistas diagnósticas o de seguimiento.
8. Utilizar parámetros clínicos o instrumentos de evaluación para monitorear los resultados de las terapéuticas instituidas.